Para el arte conceptual, el concepto es el aspecto más importante de la obra, al punto de que incluso en ocasiones ni siquiera es necesario llevar a cabo la misma. Los artistas y escritores conceptuales adoptaron muchas veces la estrategia de convertir su obra no en una instancia acabada, no en un proceso sino, directamente, en un set de instrucciones para llegar a realizarla. Esta noción, que en el terreno de la música es tradicionalmente utilizada a partir de la “partitura”, es adoptada ampliamente por el conceptualismo. Muchos de los artistas ligados al grupo Fluxus comenzaron a escribir Word pieces, entre ellos George Brecht, La Monte Young, Henry Flynt, Dick Higgins, Yoko Ono o Ben Vautier. Las mismas consistían en frases con propuestas de acciones. Las instrucciones (event-scores) de Fluxus eran consideradas obras por sí mismas, independientemente de si eran llevadas o no a cabo. Las acciones propuestas buscaban centrar la atención sobre hechos banales de la vida cotidiana, de la misma manera en que Duchamp pretendía detener la atención en un bjeto cotidiano mediante sus ready-mades.