La telegrafía sin hilos de Guglielmo Marconi (quien llegó a obtener por su experimento el Premio Nobel de Física), data de finales del siglo XIX, momento en que, además, aparecen nuevos medios como el fonógrafo, el teléfono y el cinematógrafo. El concepto de una comunicación a distancia “sin hilos” se relaciona directamente con la noción futurista de “imaginación sin hilos”, citada en el manifiesto futurista de Marinetti, de 1913, Distruzione della sintassi – Immaginazione senza fili – Parole in libertà . Para los poetas futuristas, las nuevas tecnologías imponían una nueva forma de experimentar la realidad y metaforizaban el poder de la palabra en tanto conjuro mágico y en tanto energía invisible. Marinetti se refiere al poeta futurista en estos términos: “ Él lanzará inmensos hilos de analogía sobre el mundo, dando así un fondo analógico esencial de la vida telegráficamente, es decir, con la rapidez económica que el telégrafo impone (…) La imaginación del poeta debe relacionarse con las cosas lejanas sin hilos conductores, a través de palabras esenciales y en absoluta libertad.”