Podríamos trazar una línea desde la literatura del nonsense decimonónico hasta las vanguardias. La misma recorrería una serie de corrientes y propuestas diferentes, como las de Lewis Carroll, Christian Morgenstern, Raymond Roussel, Velemir Khlebnikov, Marcel Duchamp, James Joyce, Julio Cortázar o Raymond Queneau. En muchas de ellas rastreamos la utilización de lo que se conoce con el nombre de palabras bisagra.Las palabras-bisagra (por ejemplo, la palabra snark, formada por las palabras snake y shark) están creadas a partir de la contracción y yuxtaposición de dos o más palabras diferentes. Esto permite una serie de combinaciones, mediante las cuales se pueden realizar diferentes juegos con el lenguaje. La conjunción de sentidos producida por las palabras-bisagra funcionaba a manera de frontera entre un sentido y un reverso del sentido. El lector es finalmente quien se ve obligado a tomar un papel activo para producir un sentido y decidir qué relación semántica prevalecerá en la yuxtaposición de los diferentes elementos que aparecen en un texto.