La incorporación en el terreno de la literatura de elementos preestablecidos -piezas para armar, instrucciones de uso- responde a una estrategia de des-subjetivación en donde ya no es el propio escritor el que escribe el texto sino que este se concreta en la interacción con el lector. Tal es el caso, por ejemplo, de las partituras y “poemas para armar” producidas por los miembros del grupo Fluxus. En una forma análoga a la concepción creativa del Oulipo, aquí también la constricción servirá de disparador y estímulo para la concreción (o concreciones) de la obra. Estas partituras o guías de uso servían a la manera de un tutorial de las rutinas propias de la programación de toda máquina. Las tarjetas de eventos (event cards) que el grupo Fluxus haría famosas aparecen en su forma definitiva hacia 1959, cuando George Brecht publica una caja Fluxus denominada Water Yam. Esta incluía una serie de tarjetas que indicaban una serie de acciones a ser realizadas por el lector. Por ejemplo, los Tres eventos para teléfono:
-Cuando el teléfono suena se permite que siga sonando hasta que pare
-Cuando el teléfono suena se descuelga el auricular y se vuelve a colgar
-Cuando el teléfono suena se contesta
O el Solo para flauta:
-Desenfundar la flauta
-Volverla a enfundarla