Blaise Cendrars presenta su libro Prosa del Transiberiano refiriéndose a su trabajo como “el primer libro simultáneo”. Se trata de un poema en prosa que consta de 445 versos impresos sobre una banda de papel de dos metros de largo y plegados al modo chino que semeja un acordeón. Apareció por primera vez en París en 1913 y acompañan al texto una serie de gouaches y de pochoirs de Sonia Delaunay. Cendrars, quien en París frecuentó pintores y poetas como Guillaume Apollinaire o los Delaunay, guardaba fuertes afinidades con la estética cubista. La obra, cuyo texto remite a un ansiado viaje en tren, guarda simetría morfológica con la idea de viaje, de vías férreas, de velocidad. El poeta refiere con el ritmo de su texto al movimiento y el ruido del desplazamiento del tren (“le broun-roun-roun des roues”, etc.) Las imágenes de Sonia Delaunay consiten en colores y formas abstractas que se extienden a lo largo de la extensa página, como un paisaje distorsionado por la velocidad al punto de verse convertido prácticamente en manchas abstractas y líneas de color.