A lo largo del siglo XX, la herencia conceptual de Marcel Duchamp —especialmente vía John Cage— ha tenido importantes manifestaciones. Cage, quien realizó muchas de sus obras basándose en sonidos encontrados, utilizó igualmente procedimientos como el uso del I Ching para componer muchas de sus obras musicales y lingüísticas. Tal es el caso de sus Mesostics (acrósticos realizados en mitad de las palabras), poemas que, a la manera de crucigramas, pueden ser leídos tanto de forma horizontal como vertical (es decir, poseen dos posibles lecturas). Están construidos a partir de textos ajenos (de Wittgenstein, Joyce, Thoreau, Emerson, Marshall McLuhan y otros), que han sido a su vez intervenidos a partir de procedimientos de azar.