En épocas de las vanguardias históricas, los escritores y artistas se dedicaron a explorar las potencialidades de los libros. Esta exploración fue especialmente importante de parte del futurismo tanto ruso como italiano. Tanto unos como otros produjeron libros de formatos no convencionales, realizados en soportes no convencionales y escritos de manera no convencional. Desde el futurismo ruso se produjeron una serie de libros litografiados, coloreados y escritos a mano y autopublicados. Algunos estaban realizados mediante procedimientos de impresión alternativa como ser sellos de goma, esténcils o mimeógrafos y recurriendo a toda clase de innovaciones tipográficas. Para leerlos, en ocasiones había que rotar las páginas debido a que los textos se extendían hacia todas direcciones. El futurismo italiano, por otra parte, nació muy ligado al diseño y a la propaganda. Los artistas y escritores experimentaban con diferentes diseños de página y tipografías en su búsqueda de renovar el lenguaje y cambiar la manera de comunicación entre los hombres.