La poesía concreta surge en la década de 1950. En 1954, el poeta suizo-boliviano Eugen Gomringer definía sus principios en el manifiesto Vom Vers zur Konstellationen (Del Verso a la Constelación). Allí promovía el ideal de una poesía universal, común para todos los hombres. Este tipo de manifestaciones se caracterizaban por ser simples, fácilmente comunicables, no miméticas, por jugar con las posibilidades combinatorias propia del lenguaje, por ignorar la gramática y sintaxis convencionales y por promover un cambio en los hábitos de la lectura.