En 1971 John Baldessari se dedicó a escribir una y otra vez esta frase, remitiendo irónicamente a un castigo escolar y a una enseñanza que debe ser aprendida a toda costa. Además de su ironía, la obra se presenta como un statement . También como una instrucción y como una paradoja. Así, aborda al lenguaje en una serie compleja de niveles, de juegos y de dobles sentidos.