Hacia 1915, durante un viaje a los Estados Unidos, Francis Picabia comenzó a realizar una serie de imágenes “mecanomorfas”. Entre ellas encontramos los “retratos máquinas” en los que representaba a sus amigos y conocidos como mecanismos y partes de maquinarias. Además de la identificación hombre-máquina y la consiguiente sustitución de lo psicológico por lo mecánico, encontraremos en estas obras un tratamiento irónico acerca de la infalibilidad de las ciencias y de la fe en el progreso tecnológico. Para esa época también, realiza su pintura Joven nacida sin madre, que también consistía en la representación de una máquina y, a partir de la cual escribirá su libro de poemas Poemas para una joven nacida sin madre.