Roussell concibió una máquina a partir de la cual podía leerse su propio libro Nouvelles Impressions d’Afrique, texto que estaba construido a partir de comentarios al margen, notas al pie y paréntesis que solían llegar hasta nueve niveles de encastramiento. Con sus diferentes niveles de lectura y su concepción no lineal, Nouvelles Impressions d’Afrique ponía en evidencia las limitaciones de la forma “libro impreso”. La dificultad en su lectura llevó al propio Roussell a imaginar una máquina a partir de la cual el texto pudiera leerse. La misma fue presentada en 1937 (Roussel ya había muerto), en una exhibición surrealista. Consistía en una serie de tarjetas enhebradas en un eje, a la manera de un fichero circular. Los márgenes superiores de las tarjetas estaban coloreados de diferentes colores de acuerdo al grado de encastre del fragmento de texto que dicha tarjeta contenía.