Al igual que en Mallarmé el blanco de la página se volvía significativo y la obra se estructuraba en la relación entre los blancos y el negro de las palabras, para John Cage la música se estructuraba en base a sonidos y silencios. Cada uno de ellos requiere del otro para existir. El silencio, sin embargo no es concebido aquí como una nada o la ausencia de sonido sino, en todo caso, como la ausencia de una intensión o “propósito sonoro”. Cage denuncia la tradicional jerarquía donde música o sonido son los principales y el silencio lo secundario, el mero fondo. Paradigmática es, al respecto, su pieza 4´33´´, en la que el músico nos propone tomar conciencia del silencio y sus propiedades.
Pero la idea de “vacío” se presenta en Cage no sólo como el silencio en las composiciones sonoras. También ha trabajado esta noción en sus textos, en libros como, por ejemplo, Silence o Empty words. En su Lecture on nothing, por ejemplo, influida por el cubismo literario de Gertrude Stein, el texto se constituye como una composición absolutamente referencial y cerrada donde cada sección empieza con la siguiente frase: “Esta es una conferencia sobre una composición indeterminada respecto de su performance…”