Los miembros del Oulipo (Ouvroir de littérature potentielle) se constituyeron en la década del 60 en especialistas en construir “máquinas literarias”. Un texto oulipiano paradigmático será, por ejemplo, Cent mille milliards de poèmes, de Raymond Queneau. Su propuesta permite que cada lector componga, a voluntad, cien mil millones de sonetos siendo todos ellos perfectamente correctos a nivel de su estructura. Queneau presenta diez sonetos de catorce versos cada uno. Los versos pueden intercambiarse entre sí al estar presentados en tiras de papel individuales. El lector puede combinar 10 14 veces sus sonetos, convirtiéndose así la obra en una verdadera máquina de fabricar poemas.