En La Disparition, de 1969, George Perec, otro miembro del Oulipo, construye su texto a partir de palabras que excluyen la letra e. Esta ausencia lipogramática, además de un juego significante, se convierte en el verdadero enigma a resolver en el texto. Es la letra faltante la que se convierte en el crimen no enunciado a develar por el lector.