Para la misma época en que el futurismo y el cubismo experimentaban con publicaciones de artista, Marcel Duchamp deconstruía la forma “libro” reemplazándola por la forma “caja”. Esto sería retomado décadas más tarde por el grupo Fluxus con sus famosas cajas Fluxus. Su Caja verde, por ejemplo, está concebida a manera de un libro de códigos y publicada por el artista como anexo de su obra el Gran vidrio. Hoy, la Caja verde es considerada como un ejemplo de libro de artista. En su interior contiene anotaciones, reflexiones, fotografías, facsímiles minuciosos, dibujos, croquis a pluma y diferentes esquemas de obra realizadas por este artista (antes, durante y después de su realización). Durante ocho años, Marcel Duchamp fue registrando sus ideas sobre una nueva pieza que estaba concibiendo en diversos papeles sueltos y blocs de notas. Estas notas cobraron una gran significación para él, al punto de que, en 1914, decidió publicarlas en forma de facsímiles. La pieza resultó ser el Gran vidrio. El lector va armando, a partir de los diversos papeles que constituyen esta caja, las corrientes de pensamiento por las que atravesó Duchamp, desde el semantismo espacial de Stéphane Mallarmé, el pensamiento mecánico de Raymond Roussel o el espacio cuatridimensional de Henri Poincaré.