Una de las primeras artistas visuales que comenzó a producir obras específicamente lingüísticas fue Yoko Ono. Su libro Pomelo (1964) es considerado como una de las primeras obras de una artista visual llevadas a cabo en terreno exclusivamente de las palabras. He aquí dos ejemplos:
Pieza para martillar un clavo (1962): Martillar un clavo en el centro de un trozo de vidrio. Enviar cada fragmento a una dirección arbitraria.
Pieza para ver los cielos (1961): Taladrar dos agujeros en un lienzo. Colgarlo donde pueda verse el cielo. Cambiarlo de lugar. Probar las ventanas del frente y las de atrás para ver si los cielos son diferentes.